Sharon Whitelaw y Tony Priestley fueron al Lincoln's Drill Hall en Gran Bretaña a ver un show, pero en el intermedio les exigieron que no volvieran a entrar a la sala porque otros espectadores se quejaron de que "se reían en momentos no graciosos, pateaban los asientos y hacían demasiado barullo".
Sharon,dijo que el hecho fue muy vergonzoso. "Nos trataron como a niños, deseé que la tierra me tragase".
La pareja recibió el reembolso completo del precio de la entrada.
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