
Sahovaler aseguró:"De ninguna manera conectarse está mal,sólo que hay que tener en claro que no es equivalente a la comunicación y tampoco la reemplaza".
"Cuando entramos en el espacio virtual nos conectamos con los otros, entramos en contacto y de alguna manera aliviamos el vacío, la angustia existencial existente en todos los humanos", explicó Sahovaler.
También precisó que el "alerta surge si la persona depende exclusivamente de este medio para interactuar o si nos exponemos sin medir las consecuencias".
En el ciberespacio, señala la psicoanalísta, es posible poner demasiados datos personales y compartir fotos, textos y confidencias a completos extraños, con más familiaridad que si fuera alguien en un bar.
"Sólo es un toque, no hay intercambio de afecto", sostiene Sahovaler.
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