
La duración es mucho mayor a la de las velas comunes y son menos peligrosas ya que no hay fuego involucrado. Esto último simplifica su colocación en lugares estratégicos de la casa sin que haya que preocuparse por los niños, las plantas o las cortinas. Por 48 dólares, puede evitar el riesgo de que se apague la vela a mitad de la cena romántica.