sábado, 31 de julio de 2010

La matemática del amor


Dicen que el amor no es eterno y para alegarlo muchos recurren a la matemática.

“La física y la química quizás sirven para explicar el deseo y el enamoramiento, pero para entender por qué se extingue el amor necesitamos recurrir al cálculo. La vivencia amorosa está sometida a una inexorable ley de refuerzos positivos y negativos que inciden, para bien o para mal en el mantenimiento o deterioro del vínculo. A esta incidencia yo la llamo ‘matemática de los sentimientos’”, explicó alguna vez el psicólogo español Antonio Bolinches.En el amor, todo lo que no suma resta. Es fundamental tenerlo presente porque uno de los errores de la convivencia es olvidarlo.Y agrega el especialista en terapia de pareja: “Creemos que un detalle no cuenta, que el amor está por encima de las pequeñas cosas, sin pensar que muchas pequeñas cosas producen grandes efectos. Los detalles suman y los olvidos restan”.
La ecuación es simple: si hay más refuerzos positivos que negativos, la relación se fortalece, pero si ocurre lo contrario, pronto se quedará sin amor porque se agotará el saldo en la cuenta amorosa.“Por eso, es clave que el refuerzo positivo presida las relaciones afectivas, porque con el tiempo los valores de la pareja nos parecen menores y sus defectos, mayores.
Para Bolinches “lo más importante es mantener vivo el amor, alimentándolo con caricias, aportaciones positivas.Cada detalle cuenta. El amor es una flor que nace en el campo, pero que hemos de cultivar en el jardín. Hay que invertir actitud positiva, tiempo, cuidado, para que no se marchite”.
Bolinches sostiene que hay cuatro sostenes fundamentales para que una pareja funcione:
buen acoplamiento sexual, compatibilidad de caracteres, escala de valores sintónica y un proyecto de vida.“Hay una edad para el amor, pero el amor no tiene edad. Nos podemos enamorar en cualquier fase de nuestra vida, pero no podemos esperar enamorarnos de la misma manera en las distintas fases.Cuando somos jóvenes, nos enamoramos desde el deseo de experimentar, de lo sexual.En cuanto a la edad para iniciar una relación, dependerá de las experiencias anteriores”.Bolinches tiene además una respuesta para aquellos que dudan frente a las crisis.“En el caso de la gente que duda, una pregunta ayuda a que uno clarifique la ambivalencia: ¿nos gustaría estar con esa persona dentro de diez años, o cuando seamos viejos? Un sí es que hay apego emocional, lo cual no significa que sea viable la relación, pero sí que existe el deseo de realizar una inversión emocional.Cuando uno al contestarse se agobia es cuando se da cuenta de que no habría que alargar el tema. Pero llevamos dentro un niño, que siempre tiene miedo a la soledad; un adulto, que teme equivocarse; y un padre, que dice que hemos de mantener las relaciones. Por eso somos tan ambivalentes ante una expectativa de cambio”. Cómo sobrellevar los fracasosPara los especialistas en estos temas, hay puntos que no deben dejarse de lado. Se trata de los siguientes:
* Tener presente que el sufrimiento llega cuando llega, y lo único que podemos hacer es procurar aprender de él para convertirlo en un instrumento de superación personal que nos permita dar al amor una segunda oportunidad.
*Conseguir que el sufrimiento se vuelta productivo. Se trata de comportamientos voluntarios que nacen de la parte madura de la persona, pensados para la resolución de sus problemas. Al practicarlos, la persona gana seguridad y empieza a confiar en su capacidad para salir de la crisis.
*Recuperar o plantearse nuevas aficiones y relaciones sociales o iniciar nuevos proyectos.
* Para aprender de un fracaso hay que asimilarlo, integrarlo y reconvertir el sufrimiento en crecimiento.
*Tener en cuenta que hay veces que las parejas cumplen su ciclo vital.
* En lugar de criticar al otro, hacer autocrítica, ya que nunca es responsable uno solo.